¿Qué se viene en 2020 con las “fake news”? – Carlos Escobar
Las ‘fake news’ han tenido lugar en el mundo desde el año 2016 durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos, donde un gran número de historias inventadas comenzaron a viralizarse por redes sociales con el ánimo de decantar el voto hacia Trump. Titulares pomposos, creados generalmente por expertos en tecnología digital que buscaban cambiar la opinión general a la vez que obtenían beneficios (incluso económicos) a través de la navegación de los usuarios en esas controvertidas páginas, que buscan antes el clic que la calidad de la noticia.
Cada día podemos ver más ejemplos que demuestran que las noticias falsas son un fenómeno contra el que las autoridades están luchando con denuedo, dado el daño que pueden crear a la democracia en general y a la población en particular: es información manipulada con la intención de engañar o desinformar. Además, estos bulos suelen buscar crear confusión, influir sobre decisiones privadas y dañar o dar un falso valor a la imagen de ciertas personas, entidades o instituciones.
Estos bulos suelen buscar crear confusión, influir sobre decisiones privadas y dañar o dar un falso valor a la imagen de ciertas personas, entidades o instituciones.
La 59ª campaña presidencial en Estados Unidos servirá, de nuevo y a modo de laboratorio primigenio, para conocer en qué situación se encuentran las ‘fake news’: cómo se está luchando contra ellas y con qué herramientas, cuáles son los antídotos que van a tomar las candidaturas para defenderse de las mismas (o, al contrario, si van a hacer uso de ellas)… Pero sobre todo, lo que más interesa es saber qué grado de desarrollo, de sofisticación, alcanzarán las noticias falsas para desarrollar su intencionalidad y sobre qué canales lo harán.
Los caucus de Iowa en febrero abrirán las votaciones para escoger al candidato demócrata que se enfrente a Trump y serán ya, sin dudarlo, escenario para analizar cómo desenvuelven las noticias falsas en este escenario electoral tan largo como complejo. En ese contexto, las redes digitales de interacción social serán, de nuevo, el espacio propicio para la difusión de informaciones sin sustento utilizando técnicas de edición y manipulación que confunden y generan percepciones equivocadas y carentes de objetividad.
Este particular proceso electoral norteamericano se constituirá en los próximos meses como el principal reto para el análisis riguroso y diseño de estrategias que permitan recuperar la confianza social en los partidos políticos, en las propuestas de gobierno y en los procesos de representación ciudadana.
Todos aquellos que estamos interesados en la comunicación política debemos contar con experiencias e investigaciones para comprender mejor el fenómeno de las falsas noticias y de la información manipulada y proponer alternativas a estas prácticas de distorsión del modelo de participación democrática.
Carlos Escobar Marín